domingo, 14 de febrero de 2010

sábado, 30 de enero de 2010

LA FUERZA DEL NÚMERO


Noté otra vez la desgana. Una vez más. Veces y veces de cuerpos que no se apilan a gusto. No se tocan como antes y no se follan con las mismas ganas. Es doloroso notar eso y más doloroso es cuando creías haber encontrado al cerdo vicioso complementario. Hace ya “tiempo” de esto, pero lo he recordado porque también ha sido algo repetido en mi historia particular del sexo. Normalmente tres. Mi número de la suerte pone el límite del deseo, una pena. Cuando disfrutas follando con alguien pero es algo que no destaca demasiado, el freno suele ponerse de manera natural y sin que hayas querido parar el contacto pero, sin demasiada necesidad de repeticiones, descubres al tiempo que nunca pasó del punto clave. Casos diferentes son los antes mencionados, los super polvos, las corridas que pasaran a la historia. Notas un desbloqueo momentáneo y un subidón duradero, auténtico amor por el sexo, ganas de repetir, ganas de follarte a ti misma con un pene ajeno y crees entonces que es un deseo diferente el que sientes, que es sexo de verdad. No es más sexo que nada, pero, es mas todo, mas fuerte. Irremediablemente, jodidamente me atrevería a decir, nadie se olvida de follar, nadie olvida como tocar al otro y seguramente la saliva es la misma y lucen igual los cuerpos uno dentro del otro, pero ya, lo que era antes gloria, es ahora un puñetero fantasma erecto y desganado. Una auténtica pena, una puta que ya no es puta por vicio, ni gratuita, ni felizmente encharcada ni casada con los más sucios fluidos, con lo más sucio. Y sigue pesando la maldita matemática de manera cósmica casi. Te pones a repasar el número de encuentros y das entonces con la razón del fin del desenfreno. El numero tres sobrepasado, excedido, tal vez un 4, incluso un 5, incluso más. Ahí está, no hay mucho más que hacer, el declive marca su decisión y como coño con extremidades, no puedes más que asumir, resignarte y entenderte como una mujer cambiante y como una pesada que a falta de alicientes y diferentes inquietudes solo puede desearse a sí misma, sin miedo al tres y a todas sus variantes, algo más complicadas que la dulce soledad de la propia mano.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Bailaba entre todos aquellos hombres con las manos pegadas a María. James Brown ponía las voces y el recuerdo trataba de revivir cada caricia y cada cadencia en sus movimientos. El baile hacia mover mi cabeza, una y otra vez, una y otra vez inmersa en una especie de posesión diabólica que entreabria mis labios y cerraba mis ojos, caracterizando a la mismisima Santa Teresa en sus momentos de extasis religioso, pero, con minifalda y medias de rejilla a poder ser, naturalmente alerta, con una dejadez propia del cazador mas descarnado. Así solía comportarme normanlmente. Hacía como si no me enterara de nada, como si el entorno estuviera por debajo de mi ingravidez y mi baile subiera poco a poco hasta hacer al resto de los mortales simples complementos que aderezaban la noche con sudor y roces. También es cierto que así conseguía evadirme bastante de la realidad pero está claro que me gustaba sentirme observada, algo más que minimamente. Bailar es un acto exhibicionista y las personas que buscan ser deseadas, las personas que disfrutan de esa manera, como yo, nos movemos intentando que cada gesto excite, que cada gesto nos guste, al menos a mí un poco más que a los demás. Han sido muchas las veces que hemos decidido formar parte del catálogo fantasioso de aquellos que nos rodeaban. Han sido muchas las veces en las que hemos dejado que bailaran con nosotras y en las que hemos creado un circulo de deseo, como si no fuera con nosotras. Hemos sido bailarinas sustitutas y protagonistas momentaneas de muchos shows eroticos improvisados. Hemos disfrutado viendo babear a hombres mirando nuestros movimientos, nos ha gustado crear esa sensación, ser unas lolitas de madrugada ceñidas y apretadas, tocándose con descaro y esperando reacciones, provocando. Provocando sin parar, tiñéndolo de justificaciones, intentando explicar teorías de poder, de posesión, de juego... para acabar reconociendo que lo hacíamos todo basicamente por calentar al personal, pura y llanamente. Esa era una de nuestras diversiones, haya por los tiempos de la reconquista. Cuando todo era feliz y facil. Cuando no nos preocupabamos en exceso. quizá eso es lo que em hace falta. Una noche de baile y calientapollismo. una noche en la que dejarme llevar una vez más por la musica más intensa y machacona. Notar la electrónica metiendose en mis bragas y bailar para quitarme las ganas de seguir más y más tiempo. Dejar que "warriors dance " y "invaders must die" me follen con cada golpe y saltar como una posesa esperando a que me agarren para hacer lo que corresponde. Por esta noche, ya vale de recordar hostorietas y cuentos, ya vale de fantasear y ya vale de dejarse hacer por prodigy. Ahora solo espero soñar con quien corresponda.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA AUSENCIA

Estoy reflexiva a estas horas del día. Comienzo de una tarde que parece no tener demasiada mala pinta, a pesar de las circunstancias vitales que me acompañan, como si quisiera que estuvieran ahí, tocandome las narices, siempre de manera muy figurada, eso sí. Me he dedicado a repasar mis textos durante un rato y la verdad es que me han parecido mejores de lo que recordaba. Suele pasarme. Quizá mi creencia de ir evolucionando hacia algo más maduro y completo me hace creer que el pasado fue mucho más infantil y falto de talento. En este instante llega la sorpresa. Mis primeros textos me gustan mucho más que lo que escribo ahora, o lo que intento escribir o lo que publico como intento de mantener cierto ritmo, siempre caotico y desordenado claro, pero como último recurso antes del abandono, como necesidad de seguir en algo, de mantener una idea y unos esquemas que quiero creer me valen por ahora. Pues eso, como decía, he sentido que de un tiempo a esta parte he perdido ese algo que me hacía creer que (d)escribía bien el sexo. No sé qué algo ni en qué momento exacto fue, no hay frontera de textos ni tampoco transición de polvo a polvo, pero, supongo que estas cosas se van transformando lentamente, como nuestras caras, como nuestros ojos y labios, como nuestras tetas, esperemos que siempre a mejor. Pero esperar no sirve de mucho a veces. Y de poco a servido esta vez. Poco a ayudado la dejadez y la falta de tiempo empleado. Poco a ayudado el creer que las cosas apareceran por que sí. El cuaderno cerrado y el boli perdido sirven solo para maldecir la mala memoria de camino a casa y el olvido eterno al abrir la puerta del ascensor para entrar en el posible territorio util. Pero son cosas que pasan y el tomar una decisión al respecto es una tontería de esas bobaliconas que esperan que les invites a un café. Hasta que no sea, no será, simplemente. Además va en contra de mis principios, que son muchos y muy firmes, el forzarme a hacer algo que no me apetece o no quiero y espero no ser yo la que empiece a intentar cambiar mis convicciones y modo de vida. Al menos por ahora. Sino, dejaría de follar y ¿de qué coño podría hablar? ¿Que hostias podría aportar a este mundo saturado de información? ¿Qué aporto ahora? ¿Alguna que otra paja y posible tema de conversación para intentar conseguir sexo? Puede que muchas cosas más. Puede que solo unas pocas o puede que ninguna. (Quiero creer que al menos entretenimiento y ansias de intromisión saciadas durante cinco minutos). Pretendo ser irónica claro (supongo que se entiende, pero, los que solo pretendían excitar sus miembros viriles quizá no lo han entendido y han pensado que realmente me habré quedado sin temas de los que hablar). Pues eso, lo dicho, que estoy destalentada perdida. No quiero darle más vueltas al tema, que eso de compadecerme de mi misma y nadar en mis pobrecitas y castigadoras penas, no me gusta demasiado. Es todo tan trágico que prefiero tragármelo todo (sí queridos pajilleros, tragármelo todo todo todo) y dejar que mi suerte, oh desgraciada y triste, vague por los rincones de mi ingenio y mi imaginación, al parecer más desbordada en otros tiempos, en busca de nuevas historias y relatos que ofrecer a mi reducido (siempre selecto) público. oh! Os quiero, no lo olvideis. (Otra vez todo elevado al cubo).

P.D: no pretendo ser hiriente con los pajilleros, no se me malinterprete por favor, yo también me masturbo de manera regular, quizá no a diario pero entiendo que es una necesidad física y en ningún momento he querido dar a entender que esté en contra de esta práctica tan placentera y simpática. Gracias. (A cascarla, nunca mejor dicho)

martes, 3 de noviembre de 2009

Fragmento descriptivo


Este texto no pretende ser literario, ni hermoso, ni ayudar a engrandecer el alma. Es solo un fragmento descriptivo de una gran sesión de sexo. Es el sexo resumido. Contado de boca a boca. La oralidad y la sencillez de explicar algo como lo recuerdas, como te sale en el momento. Sin florituras, sin pretender ser más de lo que es, siendo en tan pocas palabras quizá menos de lo que realmente fue y es que fue estupendo. Nada más que decir. Ahí va:



"Vaya polvazos echamos ayer. Yo además estaba de un inspirado... No sé ¡Ajajajaj! Sin más.


Me llevé un consolador y al pasar de camino al metro pillé chupachuses. Cenamos por ahí.


Y luego a casa. Me pone mogollón el muy cabrón ¡Jajajjaa! Nos despelotamos con urgencia, follamos, nos comimos, nos arañamos, nos mordimos, nos tocamos, nos besamos como putos ansiosos, nos agarramos, le pegué en el culo, me pegó en el culo, le comí la polla como una muerta de hambre ¡Jajajajajaj! Como una enana que la miraba con ganas, como una zorra auténtica vaya ¡Ajajajaja! Luego me masturbó. No recuerdo el orden, que es lo de menos ¡Jajajajaj! Me metió los dedos por todas partes ¡ajajajaj! Me metió el consolador mientras yo me tocaba el clítoris. Ya me había follado un buen rato y luego saqué mis estupendos chupachuses. Jugué con el agua mientras le chupaba la polla, mientras le lamía el cuerpo, los pezones, los sobacos, todo. Mientras le mordisqueaba con la boca fría y húmeda. Empecé a chuparle la polla con el chupachups metido en la boca. A pringarle. A comerle. Y luego me empecé a masturbar con el chupachups mientras se la seguía comiendo, gimiendo en su polla. Empezó a comerme el coño. Se metió entre mis piernas y yo acariciaba sus huevos con mi chupachups; Y con mi boca, con mis besos, con mis labios, con mi lengua. Empezó a follarme con el chupachups en la boca mientras yo movía el coño para follarme su cara, empapada de caramelo y flujo. ¡Dios! ¡Una pasada! Luego me puso a cuatro patas y me dijo que quería follarme el culo mientras me metía el chupachups por el coño. Hacía mucho que no me follaban el culo. ¡Dios como grité! Qué escalofríos. Tenía que parar del puto placer. No podía ni meterme el chupachups. Bueno, que iba más empapada que la hostia ¡Jajajajjaj! Se la volví a chupar. Acabé con el pelo hecho un pringue. Pues eso. Paramos un rato, me limpié el caramelo del coño y luego echamos otro. Muy ansias, me encanta eso. Follar como una puta desesperada. Echar polvos urgentes en los q se te va la vida."



lunes, 26 de octubre de 2009

una posible nueva introducción

Hay palabras que se escapan entre los dientes y vuelven insinuantes nuestros labios. Hay palabras que esconden en su sonido casi todo lo que sentimos por ellas. Sexo… Sexo. Las curvas y el susurro unido al eterno concepto del pecado. Lo prohibido. Todos sabemos que es importante en nuestras vidas, en menor o mayor medida. Todos sabemos el poder que podemos ejercer con él y la dominación que puede crear en nosotros un algo que existe solo si nosotros ¿entramos en el juego? Ese juego que parece que nos gusta cada vez más. Experimentar, imaginar diferentes historias y dibujar deseos y realizarlos después si es posible. De repente todo el mundo tiene una extraña obsesión por escapar de esa rutina que parece que dura siglos. Qué equivocación. Qué contradicción. Parece que ahora lo más de lo más es comprar algún juguete para disfrutar con nuestra pareja, adquirir diferentes roles, ¿intercambios? Y todavía necesitamos excusas tontas para reír y hablar de sexo cuando vemos algún elemento que pueda asemejarse al omnipresente miembro viril. Nosotros que estamos tan abiertos a lo “nuevo”. Resulta que hace ya siglos que existían los consoladores como tal, que incluían la posibilidad de poner la foto del amante de turno, mira que bien. Arte erótico a patadas desde no se sabe cuándo, esculturas, grabados, relatos… unos relatos que te hacen sentir de repente que hagas lo que hagas nunca llegarás a unos niveles de depravación similares. Relatos explícitos, pornográficos, llenos de fluidos, de carne, de adoración por los cuerpos. Coños que se convierten en regalos y pollas que desean ser rozadas, por labios, por manos, por culos, por todo. Y es que todo está inventado ya, lo que me da un poco de tranquilidad. Sé que no diré nada nuevo, sé que no solucionaré nada ni que haré que se vean normales ciertas cosas, pero bueno, siempre nos han dicho que la intención es lo que cuenta. Espero al menos aportar mi manera de ver el sexo. De vivirlo y de entenderlo. Conozco mucha gente que piensa como yo y mucha gente a la que le horroriza todo lo que sale de los fines puramente prácticos para la seguridad de nuestra especie, pero eso son extremos nada más. Y a mí los extremos siempre me han parecido poco inteligentes, poco críticos. De todas formas quiero dejar claro que odio juzgar y en consecuencia que me juzguen por lo que no seré yo quien diga que la seguridad de la especie no depende ahora mismo de la procreación. Vaya, ya lo he dicho. Y diré muchas cosas más. Porque me encanta hablar de sexo. Me encanta compartir todo lo que pienso. Me fascinan nuestros instintos, intentar racionalizarlos si es posible, utilizarlos para excitar, para entendernos mutuamente, para sentir deseo, envidia, ganas. Y más ganas. Porque todo lo que sintamos será natural. Todo lo que nos apetezca le habrá apetecido antes a alguien y puede que tengamos suerte y como poco acabemos auto-amándonos. Que nunca está de más. Como decía aquel: “sed buenos y sed felices”.

la foto urgente

sácame la foto ya...
que se me cansa el brazo
sácame la dichosa foto

déjame mi tiempo
deja que te mire
deja que entienda todo el encuadre
que vea salir de ti las luces
las luces y sombras

lo sé
pero me canso.
hazlo tú
las hago yo

no es eso
yo sé qué quiero ver
y tú no.
No al menos lo que yo busco

Joder.
Hazla ya

Ya está.
Perfecta.
Esa cara de estúpida era la que buscaba.