miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA AUSENCIA

Estoy reflexiva a estas horas del día. Comienzo de una tarde que parece no tener demasiada mala pinta, a pesar de las circunstancias vitales que me acompañan, como si quisiera que estuvieran ahí, tocandome las narices, siempre de manera muy figurada, eso sí. Me he dedicado a repasar mis textos durante un rato y la verdad es que me han parecido mejores de lo que recordaba. Suele pasarme. Quizá mi creencia de ir evolucionando hacia algo más maduro y completo me hace creer que el pasado fue mucho más infantil y falto de talento. En este instante llega la sorpresa. Mis primeros textos me gustan mucho más que lo que escribo ahora, o lo que intento escribir o lo que publico como intento de mantener cierto ritmo, siempre caotico y desordenado claro, pero como último recurso antes del abandono, como necesidad de seguir en algo, de mantener una idea y unos esquemas que quiero creer me valen por ahora. Pues eso, como decía, he sentido que de un tiempo a esta parte he perdido ese algo que me hacía creer que (d)escribía bien el sexo. No sé qué algo ni en qué momento exacto fue, no hay frontera de textos ni tampoco transición de polvo a polvo, pero, supongo que estas cosas se van transformando lentamente, como nuestras caras, como nuestros ojos y labios, como nuestras tetas, esperemos que siempre a mejor. Pero esperar no sirve de mucho a veces. Y de poco a servido esta vez. Poco a ayudado la dejadez y la falta de tiempo empleado. Poco a ayudado el creer que las cosas apareceran por que sí. El cuaderno cerrado y el boli perdido sirven solo para maldecir la mala memoria de camino a casa y el olvido eterno al abrir la puerta del ascensor para entrar en el posible territorio util. Pero son cosas que pasan y el tomar una decisión al respecto es una tontería de esas bobaliconas que esperan que les invites a un café. Hasta que no sea, no será, simplemente. Además va en contra de mis principios, que son muchos y muy firmes, el forzarme a hacer algo que no me apetece o no quiero y espero no ser yo la que empiece a intentar cambiar mis convicciones y modo de vida. Al menos por ahora. Sino, dejaría de follar y ¿de qué coño podría hablar? ¿Que hostias podría aportar a este mundo saturado de información? ¿Qué aporto ahora? ¿Alguna que otra paja y posible tema de conversación para intentar conseguir sexo? Puede que muchas cosas más. Puede que solo unas pocas o puede que ninguna. (Quiero creer que al menos entretenimiento y ansias de intromisión saciadas durante cinco minutos). Pretendo ser irónica claro (supongo que se entiende, pero, los que solo pretendían excitar sus miembros viriles quizá no lo han entendido y han pensado que realmente me habré quedado sin temas de los que hablar). Pues eso, lo dicho, que estoy destalentada perdida. No quiero darle más vueltas al tema, que eso de compadecerme de mi misma y nadar en mis pobrecitas y castigadoras penas, no me gusta demasiado. Es todo tan trágico que prefiero tragármelo todo (sí queridos pajilleros, tragármelo todo todo todo) y dejar que mi suerte, oh desgraciada y triste, vague por los rincones de mi ingenio y mi imaginación, al parecer más desbordada en otros tiempos, en busca de nuevas historias y relatos que ofrecer a mi reducido (siempre selecto) público. oh! Os quiero, no lo olvideis. (Otra vez todo elevado al cubo).

P.D: no pretendo ser hiriente con los pajilleros, no se me malinterprete por favor, yo también me masturbo de manera regular, quizá no a diario pero entiendo que es una necesidad física y en ningún momento he querido dar a entender que esté en contra de esta práctica tan placentera y simpática. Gracias. (A cascarla, nunca mejor dicho)

1 comentario:

Alfa dijo...

Uhm...
no sabía que tenías blog :)
Te agrego al mío, y si quieres mandarme alguna cosilla, tenemos un blog en el que también va a participar vuestra compi Pilar, para que publiquemos cosillas nuestras :) Anímate!!!

Un besitttttto