martes, 24 de marzo de 2009

2ª PARTE

De repente, en un piso de 28 metros cuadrados, María se levanta, el chino salta detrás sobre un colchón en el suelo. Podría decirse que además de cortarles el orgasmo estábamos a punto de vivir una experiencia subrealista. En unos minutos y ante la mirada expectante de los dos tíos, María y yo discutíamos por los condones, que si tú tienes más que si dónde están los estriados… nos saltaba la risa, supongo que porque nos dábamos cuenta de que aquello muy normal no era. Yo creo que ellos también alucinaban un poco pero bueno, al poco rato ya habíamos hecho la repartición de bienes y estábamos en la misma habitación. Yo en el altillo y María en el colchón del suelo con el chino.No sé cuantos años tenía él. Y el nombre tuve que preguntárselo cuando se iba de casa. Mientras hablábamos frente a la puerta, en la cocina. Mientras me decía que eso lo hacíamos mucho, que mucho sabíamos sobre eso. No se sabe si eso le gustaba o le parecía mal. Si él supiera. Si él supiera cuantas cosas nuevas acababa de hacer yo con él, mientras pensaba que era una especie de puta promiscua. Me reía por dentro. Me sentía orgullosa otra vez de mí misma. Por cómo había llevado la situación, de cómo me había camuflado, de cómo me había superpuesto y había superado mis inseguridades para convertirme en la imagen que había proyectado.Pero será mejor que cuente lo que pasó durante aquellas horas.María se reía mientras decía que no miráramos hacia abajo, intentando que no entrara luz entre las rendijas de la persiana de madera. Yo le decía que no mirábamos, y así era. Eso sí oír sí oíamos. Ella gritaba muchísimo, a ratos me hacía gracia y a ratos me hacía sentir presionada. Sentía que yo también tenía que disfrutar tanto como ella. De todas formas he de decir que tampoco lo tenía tan fácil ya que mi amante no era lo que se dice demasiado bueno. Yo no entendía porque creía que estaba dentro de una peli porno y me metía los dedos como quien desatasca un baño. Y yo, era inexperta, pero siempre he tenido muy claro, que no me iba a callar por aparentar. Hicimos un 69, se puso encima, luego fui yo quien le cabalgaba (con algún que otro golpe contra el techo incluido). Seguía oyéndoles gritar y con mi particular pelea con los condones. De repente empezó a penetrarme sin preservativo y yo que era muy responsable, como debe ser, se la saque a toda prisa con la mano. Apretando. Él pegó un grito y yo le miré como, ¿Qué coño te creías?No teníamos más condones, así que tuve que quitárselos a mi hermana. Ladrona.Pasaron muchas cosas aquella noche y me cuesta acordarme de todo, recordar el orden. En un momento el chino empezó a gritar porque ella le hacía algo, yo no sé qué clase de paja mental empecé a hacerme y ella me dijo en euskera que luego me contaría. Resulta que le estaba lamiendo los pezones. Anda que no… (no pude evitar reírme).Luego le comí la polla. La primera polla que mamaba. Él me dijo que era buenísima, que seguramente hacía mucho eso y yo sonreía como quien no quiere la cosa. Y pensaba. Aquel tío, que tendría sus veinti treinta fácilmente y que ni siquiera sabía tocar bien a una mujer y yo, tan inexperta, hice que se corriera con más destreza de la que yo misma me presuponía. Siempre he analizado mucho las cosas. Soy muy perfeccionista y me gusta documentarme antes de hacer nada. Sé que suena estúpido, pero no me permito hacer mal las cosas y aunque fuera la primera, tenía que ser buena, mejor, mejor que otras.Nos quedamos tumbados, con su brazo “protegiéndome”. Y yo empecé a masturbarme. Una cosa es que fuera una niñata y otra que no quisiera sentir placer yo también. Yo me tocaba, y él empezaba a tocarme. Yo apartaba su mano, porque me hacía daño. Porque tenía las uñas largas, y yo no paraba de pensar en las conversaciones de mi hermana con sus amigas. Y de cuando decían que los guitarristas no eran buenos amantes y que ya me daría cuenta. Qué razón tenían.Bueno cómo decía, ahí estuvimos peleándonos por la custodia de mi coño hasta que al final ya me corrí.Al rato María y el chino se levantaron a comer algo y allí anduvimos todos dando vueltas semi desnudos. Mi amante y yo sentados en el sofá y empezó a liarse conmigo otra vez, sacando su vena exhibicionista nuevamente.Para que la aventura tuviera algo de tópico y normal el chino empezó a hacer arroz. Y yo le dije que si no ofrecía. No te digo, tío maleducado. Yo no quería pero…soy así de petarda.Los chicos empezaron a hablar entre ellos mientras veían la MTV, nosotras dábamos vueltas (a lo largo y ancho de nuestra mansión), y entonces me empecé a reír, como una boba. Y ella me miraba… es una tontería pero me hizo gracia descubrir de pronto que tenía un condón pegado a mi muslo. A todos nos pasa ¿No María?Pues eso empezamos a liarnos sobre la encimera de la cocina, mientras ellos veían la tele. Al rato se marchó, como ya he dicho antes. Ella le decía que no debía dejarme sola, pero a mí realmente me traía un poco sin cuidado.Me tumbé en el sofá, porque la parejita ya había colonizado mi altillo y ahí me quedé oyéndoles un poco mientras intentaba dormir. A las dos horas nos levantamos otra vez y cuando él se fue, empezamos a compartir impresiones y opiniones, como debe ser.Acabábamos de compartir algo muy personal, algo que nos unía más aún. Más y más.

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