domingo, 22 de marzo de 2009

El trío

Casi pasé toda la noche sin dormir, conversando con los protagonistas de mi última vivencia, que ahora ya no es tan última. Cómo me tocaban, cómo me miraban, cómo hacían que me sintiera como una auténtica Diosa. Completamente repleta, completamente ...alegre? No sé cómo describirlo.
la verdad es que cuando llegué a casa estaba aún asimilándolo. La atenta mirada de María me esperaba y esque no era para menos. Mi deseo sexual por excelencia había sido realizado. No es que sea lo que más me pone pero tenía muchísimas ganas de hacerlo.
Resulta que cuando has hecho tu primer trío, empiezas a descubrir que no es algo insólito. Mucha gente lo ha practicado y a mí como con toda experiencia se me enciende la necesidad de compartir lo sentido. Cuando llegué a casa, como decía, no se notaba en mí nada especialmente raro. Había estado follando sí, pero no estaba demasiado efusiva. Los días siguientes me hicieron ver que tendría que repetirlo más veces porque de repente la idea de estar con un solo hombre me parecía ahora...poco. De todas maneras, en tres días pareció desaparecer esa exigencia, ya que estaba siendo penetrada una vez más por un hombre que intentaba hacer el papel de los dos, entrando y saliendo a su antojo de mí.
Parece una tontería, pero me sentía orgullosa de mí, y así me siento también ahora, al recordarlo y esque, aunque me veo incapaz de describir los hechos de manera ordenada, aunque lo que vaya a escribir pueda resultar incluso poco fiable, fue todo tan natural y fluido que me extraño.
Todos los movimientos, todos los sonidos, las poses, las fotos, sus caras, sus ojos, los míos, poderosos, fuertes, llenos de sexualidad, que no dejaban de mirar cada escena intentando recolocarse en aquel momento tan pornográfico, tan sucio, tan excitante.
Ahora lo recuerdo, recuerdo como estaba ahi en medio, o encima, o debajo, desbordada, repleta y también recuerdo como pedíamos a uno más entre risas y gemidos, en una situación que yo describiría como plena amistad momentanea. La absoluta confianza sexual.
No sé. La verdad es que no se me hace nada fácil escribir sobre esto. Sin entrar en detalles, sin resultar vulgar, sin empezar a hablar de la doble penetración y de como mi boca se abría al máximo, y del agua y de esa cortina tan sexy y de todo. Es más complicado de lo que parece abrirse de piernas de manera elegante, abrir los recuerdos y no rasgarlos con alguna palabra inadecuada. Otro día intentaré explicar, roce a roce como fui follada por dos hombres. Como sus cabezas pendían de mi pecho y mi sonrisa se perdía entre las peirnas de ambos.
Otro día bajaré mis faldas mientras escribo, para darme un homenaje, humedo de recuerdos.

No hay comentarios: