viernes, 14 de noviembre de 2008

la entrada de Eva

La primera vez que vi a Eva entrar en clase me di cuenta de lo atractiva que era. Como se movía, como gesticulaba. Todos la mirabamos atentos. Siguiendo su lección.
Era una mujer discreta, pero le era imposible ocultar su desbordada sensualidad.
Era mi profesora de lengua. Era mi profesora favorita.
Creo que a ella llegaba a molestarle a veces ser tan arrolladora. Es algo que he ido pensando con el tiempo. Era algo tan suyo. Tan especial. Pero ella era profesional y creo que muchas veces le costaba no tentar.
Era una época en la que no podía parar de oír boys don´t cry, era una época en la que yo soñaba con ser la protagonista especial de más de una canción, y también era la época en la que obviamente tenía claro lo cruelmente insignificante que era.
Eva en cambio. Eva en cambio era tan explosiva, tan deseable.
Siempre me habían atraído los hombres. Nunca había tenido un imán especial con ellos, pero tampoco me importaba. Había perdido la virginidad ya cuando la conocí. Había tenido algún que otro novio. Creo que no estaba sexualmente demasiado frustrada.
Pero Eva...Eva hizo que creyera que me había bajado la regla durante su clase, y también en las siguientes.
Eva tenía unas tetas...una boca...Eva era tan follable. No parece la mejor manera de describir a alguien de manera literaria, pero esque Eva era tan deseable.
Me masturbé tantas veces pensando que hacía el amor con ella. Pensando que me follaba. Pensando que se comía mis tetas, que lamía mi coño. Supongo que ahora, al dejar de escribir, me haré una vendita paja recordando los viejos tiempos.
Bueno pues, ella era Eva. La amante sin conciencia, como decían. Vaya gilipollez, vaya si tenía conciencia, vaya si tenía de todo.
De hecho yo he estado enamorada de ella mucho tiempo. Me enamoro cada vez que la sueño.

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